Cuando un profesional asume su primer cargo ejecutivo, aprende rápido qué puede hacer y qué no en su nuevo puesto. Sabe, por ejemplo, que no funciona jactarse de su experiencia o que es bien visto incentivar a los empleados para que sugieran nuevas ideas.
Sin embargo, hay cosas más sutiles y difíciles de visualizar y aprender. Jim Morris, quien dicta programas de liderazgo en la consultora Momentum, en Estados Unidos, hizo un listado de algunos errores que los nuevos ejecutivos suelen cometer. Presta atención si te estás preparando para asumir un cargo gerencial.
ír, pero no ver
La gente no solo comparte sus sentimientos con palabras; el lenguaje corporal dice muchas cosas. Los nuevos gerentes suelen enfocarse bastante en lo que se dice expresamente y se olvidan de observar lo que las personas dan cuenta con sus acciones.
Por ejemplo: le diste a alguien una tarea desafiante y le preguntas cómo le va. La persona responde rápidamente “bien”, pero si estás atento, notarás que el empleado está moviendo la frente y moviendo rápidamente el pie hacia arriba y abajo. Esa es una señal de ansiedad. ¡No lo ignores! Pregúntale si tiene dudas, si todo va según lo planificado, y ofrece apoyo adicional. Esto reforzará al colaborador y lo hará mas exitoso.
Fingir saber
Créelo, nadie se va a molestar si pides más explicaciones. Las personas tienden a juzgar con más severidad a los jefes que fingen que todo está bien y que, justamente, por no pedir aclaración o ayuda, terminan perjudicando el desarrollo de un proyecto.
Ten confianza cuando sepas algo, pero sé transparente y plantéale a tu jefe y/o a tu equipo si lo estás haciendo por primera vez.
Microgerenciar
Hay una gran diferencia entre asignar una tarea a alguien y después monitorear el progreso del trabajo y microgerenciar cada etapa. Un buen jefe le da espacio a la gente para que trabaje de manera autónoma, pero, al mismo tiempo, aclara que siempre está disponible cuando se requiere algún tipo de ayuda o consejo.
Olvidarlo todo
De seguro tu atención está concentrada en el nuevo equipo, pero no te olvides de ver el todo. Además de alcanzar tus metas, hay que estar seguro de entender que las funciones de cada miembro del grupo están alineadas con la misión y la estrategia de la organización. Comparte eso con tus colaboradores; cuando saben de qué manera contribuyen con su trabajo, la conexión entre ellos es mayor y toman mejores decisiones.
Decir sí a todo proyecto
Si te conviertes en prisionero de muchas tareas operativas, no serás capaz de trabajar en grandes cosas que exigen más tus habilidades profesionales. Debes saber la diferencia entre trabajar duro y trabajar de manera inteligente. Siempre que sea posible, toma los proyectos más complejos y con más valor para la empresa. Si tu jefe cree que no parece adecuado para tu nuevo cargo, haz preguntas. ¿Él necesita tus ojos puestos en esa tarea? ¿Tiene sentido delegar para que tengas más tiempo para cosas más importantes?